Los rollos de helado son un postre popular en Tailandia y hace ya un tiempo que también lo son en Nueva York. Los conocí gracias a Instagram (muchas de las tendencias culinarias se dan en esa red social) y me llamó tanto la atención ese tipo de helado que en mi último viaje quise probarlo.
Fotos: Web
Hay varias heladerías que los ofrecen, la mayoría se encuentra en la zona del Lower East Side y el que yo visité se llama Juicy Spot.
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El local queda a escasas cuadras de Katz’s, el famoso restaurante donde venden el mejor pastrami (para mí) de Nueva York, así que luego de comer un exquisito sándwich me fui caminando para Juicy Spot.
Al llegar me encontré con un pequeño negocio con un par de mesas y dos carteles donde te indican cómo pedir el helado ya que hay dos opciones.
- Helados «clásicos», podemos elegir entre 10 variedades, cuestan usd 6,50 + tax.
- Helados personalizados, desde la base, sabor y toppings, cuesta usd 6 + tax.
Yo elegí hacer uno personalizado a base de crema, sabor frutilla y con topping de frutillas frescas, maní triturado, crema batida y caramelo. Mi hija eligió uno a base de crema, sabor cookie dough y con topping de oreo y sprinkles.
Luego de la elección comienza la magia. El helado se prepara sobre una plancha helada de metal y con un par de espátulas. En ella vierten crema de leche o yoghurt y el ingrediente que elegimos, en este caso las frutillas. Después empiezan a picar, aplastar y mezclar todo rapidísimo. A medida que esparcen y mezclan esta combinación se va haciendo cremosa hasta que la convierten en una capa que, al pelar con las espátulas, se curvea hacia arriba armando los pequeños rollos, los cuales son colocados en una taza o pote hondo, para finalizarlo le agregan crema batida y los toppings elegidos.
Acá pueden ver un video en cámara rápida para entender como es todo este proceso.
- Helado de Frutilla
- Helado de Oreo
Después de haberlo probado debo decir que el helado estaba muy bueno, pero incomparable con los helados cremosos y deliciosos que tenemos en Argentina. Aunque no son muy económicos, sólo por lo original y artesanal de su preparación me parece que vale la pena la experiencia y más si van con niños, es muy divertido y por lo menos a la mía le encantó!
Hasta el próximo!
Juli
